03 enero 2008

Leyendo a Clarice


"Sentada a la sombra de un árbol, rápidamente la rodeaban los instantes vacíos porque desde hacía varios momentos nada sucedía y los segundos futuros nada traerían -presentía ella-. Se aquietaba -no conseguía disfrazar el ancho bienestar inexplicable que la hundía en su mismo cuerpo pensativo, el ser inclinado hacia una sensación delicada y difícil- pero disimulada por algún motivo tratando de ver las piedras del suelo, fruncidas las cejas, mentirosas, toda ella mareada y estúpida."

de LA ARAÑA de Clarice Lispector

1 comentario:

Cajetilla dijo...

Interesante y deslumbrante Clarice no?
Si mal no recuerdo, eso fue un regalo de hace muchos años....
Que suerte que la vida nos sigue juntando, o eligiendo...