
Canto con los ojos cerrados mientras los graves me hacen vibrar el pecho.
No me escucho respirar, no me escucho repetir la letra en mimética perfecta.
Solo las guitarras y su voz. Un mundo fácil de habitar. Un mundo predecible donde solo me puede sorprender algún pequeño detalle. Variaciones que no me engañan. Sé exactamente lo que cantará y puedo acompañar con los ojos cerrados tranquilamente emocionada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario