22 diciembre 2006

La huída

(...) Él cierra la puerta de un solo golpe y corre por el pasillo hasta alcanzar la escalera. Cuando quiere respirar grita su nombre y se ahoga. Se detiene y apoya las manos contra la pared totalmente mareado. Inspira con voluntad de ahogado una miserable cuota de aire y cuando suplica un poco más de oxígeno, cuando realmente lo necesita, grita su nombre y se espanta. (...)

de "Yegua de la noche"

1 comentario:

Pol Capillas dijo...

me voy, me voy, chau!
cuidese del sol,
por ahi vuelvo para febrero.
salud!